Los volcanes son una de las maravillas más impresionantes que nos ofrece la naturaleza. Estas estructuras geológicas pueden ser extremadamente peligrosas en momentos de erupción, pero también son fuente de fertilidad y diversidad biológica en las zonas cercanas.
A lo largo de la historia, los volcanes han jugado un papel importante en la formación y evolución del paisaje, y en la actualidad siguen siendo objeto de estudio y fascinación para científicos y amantes de naturaleza de todo el mundo.
En este artículo te explicamos que son y como se forman los volcanes.
¿Qué es un volcán?
El término volcán proviene del término romano “Vulcano”, Dios del fuego.
Un volcán es una abertura en la corteza terrestre a través de la cual magma, ceniza volcánica, gases y otros materiales pueden escapar del interior de la Tierra.
En la nube volcánica uno de los gases más importantes liberados es el dióxido de azufre (SO2), que en su ascenso puede formar pequeñas gotas de agua, cristales de ácido sulfúrico y otros sulfatos.
Los volcanes son comunes en zonas de actividad sísmica, como las fallas tectónicas y las zonas de subducción.
Tipos de volcanes y clasificación
Existen distintas clasificaciones de los volcanes y algunos pertenecen a varios tipos.
- Volcanes activos: Permanecen en estado de latencia y pueden erupcionar en cualquier momento.
- Volcanes inactivos: Su actividad es insignificante, siguen vivos, pero han pasado siglos sin erupciones volcánicas, también llamados durmientes.
- Volcanes extintos: Son volcanes en los cuales su última erupción data de miles de años.
- Volcanes en escudo: Se trata de volcanes cuyo diámetro es considerablemente superior a su altura, con pendientes suaves.
La forma de este tipo de volcán está dada por la acumulación sucesiva de lava fluida que se extiende desde una abertura central.
Un ejemplo claro son la mayoría de los volcanes de la Islas de Galápagos, como el volcán Wolf.
- Estratovolcanes o volcanes compuestos: Son altos y estrechos con una forma cónica pronunciada.
Formados por capas de lava basáltica intercalada con capas de roca, se originan a partir de erupciones explosivas alternadas con erupciones tranquilas.
Estos volcanes son comunes en zonas de subducción, donde una placa tectónica se mueve por debajo de otra.
Como ejemplo destacamos El Monte Fuji en Japón, el Monte Saint Helens en Estados Unidos y el Popocatépetl o el Colima en México.
- Calderas volcánicas: Se originan como resultado de grandes explosiones o hundimientos de la cámara magmática.
Su forma es semejante a la de un gran cráter. La caldera de Bandama, en Gran Canaria, es un ejemplo de este tipo de volcán.
- Conos de ceniza o escoria: Estos son los volcanes que más abundan y se caracterizan por ser de pequeño tamaño, rara vez superan los 300 metros de altitud.
Se conforman de acumulaciones de cenizas y/o escoria. En Perú, se han localizado más de 45 conos de escoria en la región de Arequipa y Cusco.
- Domos de lava: Este tipo de volcán se origina cuando la lava es poco fluida, entonces se acumula y extruye el cráter. Al acumularse la lava se forma una especie de cúpula en el ápice del volcán. Un ejemplo, es la cúpula de lava del volcán Chaitén en Chile.
¿Cómo se forman los volcanes?
La desgasificación, el calentamiento del magma en el interior de la Tierra o la actividad tectónica, provocan el inicio de la erupción volcánica.
El magma son las masas de rocas fundidas del interior de la Tierra, compuestas por una mezcla de líquidos volátiles y sólidos. Cuando el magma está frío, sus componentes se cristalizan y forman rocas ígneas o magmáticas. Si esta cristalización se produce en el interior de la tierra, se forman rocas plutónicas; en cambio si se enfrían después de que el magma asciende a la superficie, se convierten en lava.
Los volcanes se forman cuando el magma sube desde el manto de la Tierra y llega a la superficie a través de una abertura en la corteza terrestre. A medida que el magma se acumula debajo de la superficie, la presión aumenta, si la presión supera la correspondiente al peso de las rocas que están por encima del magma, más la fuerza necesaria para romper dichas rocas, se produce la erupción.
Finalmente la roca sobre el magma se rompe, permitiendo que se escape.
Una vez que el magma ha llegado a la superficie, convertido en lava, fluye por el volcán y se enfría y solidifica, formando bloques, bombas volcánicas, flujos de lava y domos de lava. Además, durante una erupción, también pueden expulsarse cenizas volcánicas, gases y otros materiales, que pueden tener un impacto significativo en el clima y el medio ambiente.
Dudas y errores comunes al hablar de volcanes
Al hablar de volcanes consideramos una serie de creencias no siempre correctas:
- Confundir volcanes activos e inactivos: Un volcán activo es aquel que ha entrado en erupción en los últimos 10.000 años, mientras que un volcán inactivo no ha tenido ninguna actividad en ese mismo período, aunque puede estar geológicamente activo y ser potencialmente peligroso.
- Pensar que todos los volcanes tienen forma de cono: Aunque los estratovolcanes tienen forma cónica, los volcanes en escudo y los volcanes de fisura tienen formas diferentes.
- Considerar los volcanes únicamente con erupciones explosivas: Algunos pueden tener erupciones más silenciosas y no explosivas, como las erupciones de fisura
Partes de un volcán
Cuando un volcán entra en acción algunas rocas no salen al exterior, se forman columnas eruptivas y ríos de lava.
Las partes principales incluyen:
- Cámara magmática: zona más interior y profunda donde se deposita el magma.
- Chimenea volcánica: es el conducto que conecta la cámara magmática con el exterior.
- Cráter: orificio en la cima del volcán a través del cual se expulsa la lava, las cenizas y otros materiales.
- Cono volcánico: montículo formado por la acumulación de material expulsado en sucesivas erupciones.
Los volcanes más conocidos del mundo
Aunque a simple vista parece que todos los volcanes son iguales, existen diferencias notables entre ellos.
Algunos de los más conocidos:
- Monte Fuji: Es estratovolcánico. Con una altura de 3.776 metros, el Monte Fuji es el pico más alto de Japón. Situado a unos 100 kilómetros al suroeste de Tokio. El volcán ha entrado en erupción varias veces a lo largo de su historia.
- Monte Vesubio: Es estrato volcánico situado en Italia, cerca de la ciudad de Nápoles. El volcán es conocido por su erupción en el año 79 d.C., que destruyó las ciudades romanas de Pompeya y Herculano. Aunque el Vesubio ha estado inactivo desde 1944, se considera peligroso debido a su ubicación y a su historia eruptiva.
- Kilauea: Es un volcán de escudo situado en la Isla Grande de Hawái, Estados Unidos. Kilauea es uno de los volcanes más activos del mundo y ha estado en erupción de manera continua desde 1983. Kilauea es conocido por su actividad de fisura, que puede resultar en la emisión de lava por fisuras en lugar de por el cráter principal.
- Kilimanjaro: Está inactivo y cuenta con el título de montaña más alta en toda África. Situado al noroeste de Tanzania, el Kilimanjaro está formado por tres volcanes. El Shira, al oeste, con una altura de 3.962 m, el Mawenzi, al este, 5.149 m, y el Kibo, con 5.891 m.